“Emperador” un nombre con fuerza, fácil de recordar, digno para una mercería.
Se debe al apellido de su abuelo, sin embargo el negocio era de su abuela (cosas que pasaban a principios del siglo XX, cuando las mujeres tenían que depender de sus maridos, para tomar decisiones económico-legales, pero el ser humano es sabio y rectifica).
No se trataba de una mercería, aquel negocio que regentaba su abuela durante la Guerra Civil Española, sino de una tienda de alimentación, seguramente mucho más necesario en aquellos difíciles años, situada en la calle de Agustina de Aragón.
“Siempre fue una mujer muy comerciante” comentan Ana y Belén las actuales propietarias de la mercería, las nietas de Encarnación, quien inculcó a sus dos hijos, el espíritu emprendedor, del que hoy tanto se habla.
Mª Antonia y José Luis, madre y tío de las actuales dueñas, tuvieron que dejar los estudios para seguir con el negocio familiar, dándole en 1950 un giro radical al establecimiento, convirtiéndolo en “Mercería Emperador” donde tenían cuatro máquinas de tricotar para la confección de género de punto como trajes, chaquetas o jerséis.
Años después su tío Jose Luis montó otra por su cuenta, en el pasaje de parque Roma también llamada “mercería Emperador” pero son independientes.
Mª Antonia era lo que hoy denominamos modista, todo pasaba por su manos, organizaba, confeccionaba, planchaba y supervisaba el trabajo de sus empleadas tanto en las máquinas como la que se encargaba de los puntos de media, ¡sí! las medias no eran tan asequibles al bolsillo como lo son ahora, eran seda y nailon, no se podían permitir estar comprándose otras.
Se trasladarían de la calle Agustina de Aragón a la calle García Sánchez y abrirían otra en 1970 en la calle Sangenís la actual “Mercería Emperador”.
Los productos de la mercería
“Las medias no son buenas ni para los pies” comenta Ana, por lo delicado de la prenda y su fácil rotura, pero como se ha dicho siempre “el que guarda encuentra”, gracias a que guardan algunos restos de productos, pudieron atender recientemente a la necesidad de un señor que venía buscando medias de nailon para su mujer, debido a que es alérgica a la licra. La marca ya no se fabrica, son productos especiales difíciles de encontrar.
En Mercería Emperador podemos encontrar productos como botones, hilaturas, mercería de coser, pasamanerías (de seda, dorada, plateada, puntillas, puntillas de bolillo, de nailon, tira bordada), entre costuras de tapicería, tapaposturas, puntillas para baturras, entredoses, cintas de terciopelo, cintas de organza, de raso, hebillas corchetes, cierres, tijeras, agujas de coser, agujas laneras. Ropa interior de señora, de niño, de caballero, camisones y calcetines de punto blanco. Los productos son de proveedores de Zaragoza, Barcelona y Ciudad Real.
La evolución de la mercería
Han sido testigos de la evolución del barrio, antiguamente había vaquerías, lecherías, era un barrio nuevo, junto al barrio viejo de las parcelas. Aunque el paso a nivel Delicias fue una separación física, durante años entre la zona de la avenida Madrid y la Aljafería, tenía clientes que venían de Miralbueno y Valdefierro, eran barrios de gente joven, con niños fue su época dorada. Desde la desaparición del paso a nivel Delicias en 2001, que en la actualidad lo ocupa la plaza de la ciudadanía, tienen clientes de la zona Portillo.
Los nuevos centros comerciales repercutieron en las ventas, pero supieron adaptarse al cambio incorporando otros productos.
La coyuntura del barrio ha hecho que se convierta en una zona multicultural, el barrio ha envejecido, lo que ha repercutido en la venta, las demandas son diferentes, la gente mayor tiene menos necesidades, ya que sus hijos ya no dependen de ellos.
“La gente joven de antes sabían coser, hoy en día los jóvenes no saben, eso repercute mucho en la demanda aunque los extranjeros han suplido las carencias de la demanda nacional ya que saben coser, se hacen vestidos para ellas, compran bieses para ribetear las telas o vienen a que les forremos los botones” comenta Ana y Belén mientras nos enseñan el funcionamiento de la máquina de forrar botones.
Está empezando a repuntar un poco la costura entre los jóvenes gracias al “Do It Yourself”.
“Que empiecen como quieran, pero que empiecen con alguna manualidad y se introduzcan poco a poco en este mundillo” nos comenta Belén.
Son ya tres generaciones en la familia Emperador ofreciéndonos durante décadas calidad de producto, asesoramiento profesional y sobretodo un trato personal a su clientela del barrio.
Están situados en la Calle Antonio Sangenís, 12 de Zaragoza en horario de 9:30 a 13:00 y de 16:30 a 20:00 de lunes a sábado.
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